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Martín Sifuentes Online GOBIERNO Y OPOSICIÓN LO LOGRARON: DESVIRTUARON LA MARCHA

  • locurascuerdas1
  • 24 nov
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16 de noviembre 2025.

GOBIERNO Y OPOSICIÓN LO

LOGRARON: DESVIRTUARON LA MARCHA

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Hace algunos días, tuve la oportunidad de participar en la consulta ciudadana “Diálogos sobre la Reforma Electoral”, en el Centro de Excelencia de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Tamaulipas en Matamoros, en donde la sociedad participaría con opiniones y propuestas a incluir en la mencionada reforma. Entre otros temas, ahí se habló, por ejemplo, de financiamiento y fiscalización de gastos de partidos y campañas y de democracia participativa, consultas populares y revocación de mandato.

De entrada, el título del evento, y los temas a tratar, me parecieron densos y complicados de entender para la audiencia juvenil que se tendría en áreas universitarias, pues yo, al igual que millones de adultos en este país, creemos que la juventud es ajena a la realidad y a la problemática de este país.

Tengo que reconocer que, basado por ejemplo, en las estadísticas de participación electoral, siempre había pensado que los jóvenes de 15 a 30, son apáticos, indolentes y habitantes de una burbuja desde donde no se percibe el mundo exterior, y a quienes poco o nada les interesa la vida pública de este país, y que no tenían idea como en las últimas décadas la patria de sus padres y sus abuelos, se estaba haciendo pedazos.

Y para mi sorpresa, ese acontecimiento en la UAT, con ese nombre según yo tan poco atractivo, “ Diálogos sobre la Reforma Electoral”, sirvió para que decenas de estudiantes ( y de medicina, no de derecho, ciencias políticas o economía), me dieran una lección y me enseñaran algo que yo no había visto en los jóvenes mexicanos: El deseo de cambio, la necesidad de una transformación, la ilusión de de que haya una conversión hacia otro estado de cosas.

Me agradó sobremanera el interés de los jóvenes, hablando especialmente de corrupción gubernamental, de exceso de recursos para partidos políticos, del derroche increíble de dinero en procesos electorales y del extraordinario número de legisladores federales y locales.

Me quedó completamente claro que ese pequeño universo de estudiantes de medicina, era verdaderamente un fiel representante de la juventud mexicana, una juventud que quiere ser escuchada, que desea participar y opinar. Entonces la imagen de apáticos, desinformados y con intereses sólo enfocados a temas como la tecnología y la música, se me desvaneció.

Y coincidentemente, fue tomando fuerza al mismo tiempo la convocatoria lanzada a través de de redes sociales para que la juventud mexicana, la llamada generación Z, saliera a las calles de todo el país el sábado 15 de noviembre, y se manifestara, y le dijera al gobierno todo lo que ellos piensan y desean para vivir en un mejor país.

La idea de una marcha nacional de jóvenes parecía excelente, era el equivalente a encender un botón para despertar a una sociedad adulta que a fuerza de tantos años sin ver ningún cambio, ha normalizado ya los errores y los vicios de sus gobernantes.

La marcha, se promovió inicialmente como un movimiento apartidista inspirado en movimientos globales, y a partir de un hecho lamentable, el asesinato del alcalde de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo, cobró mayor relevancia.

Parecía sensacional oír levantar la voz a millones de mexicanos que toda su vida la han pasado entre balazos, narco bloqueos, secuestros, asaltos, y que además han sido gobernados por corruptos e incapaces.

Por primera vez íbamos a escuchar a aquellos que nacieron y han crecido en medio de la violencia y de malos gobiernos, aquellos que no jugaron en las calles y que han recibido clases de como tirarse al piso cada vez que se escuchan balazos. Aquellos que hicieron la primaria y secundaria en escuelas casi destruidas y a los que más de una vez sus padres los llevaron a hospitales deprimentes y sin medicinas.

Vino entonces la contaminación de una idea que parecería buena para el país. Cuando la gente adulta metió sus manos y su boca en esto, el plan se descompuso.

La marcha de la generación Z se desvirtuó cuando desde Palacio Nacional se dudó de su autenticidad, y cuando desde las lujosas oficinas de las dirigencia de partidos, se utilizó como bandera para golpear y denostar .

Por ahí no era la ruta de esa manifestación. La juventud fue hecha a un lado y sacada de una línea que estaba bien trazada. Otra vez, intereses políticos malsanos, esa polarización que tanto daño nos ha hecho, tomó fuerza e impidió que un movimiento sano creciera.

El gobierno se atrincheró tras poderosas vallas metálicas, y la oposición aprovechó el escenario para intentar sacar provecho. Guerra de declaraciones y amenazas de un lado y de otro. El gobierno al mismo tiempo que reconocía el derecho a la libre manifestación, hizo uso de la fuerza de las macanas y los gases en el Zócalo. Los opositores querían sangre para gritar “gobierno represor”.

¿Y la generación Z?

Ciertamente, no apareció en la cantidad que se esperaba.

Pero no queda duda que los jóvenes mexicanos saldrán a las calles quizás cuando no hay intereses políticos de por medio, cuando no se pretenda utilizar su movimiento con otros fines.

Esta claro que los jóvenes están inconformes y que en su gran mayoría no tienen afinidades partidistas, que no son boots, que son de carne y hueso, que pronto surgirán liderazgos visibles que los guiarán.

Probablemente los adultos no entendemos su lenguaje o sus formas de comunicación y esperamos que reaccionen de la manera tradicional.

Démosles tiempo, quizá su entrada al escenario de la vida pública y el camino a los cambios necesarios no será como lo imaginamos.

La semilla está sembrada.

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